Con el voto a favor de 105 países, la Asamblea General de las Naciones Unidas ha adoptado una resolución histórica, en la que se reconoce al ecoturismo como “un elemento clave para la lucha contra la pobreza, la protección del medio ambiente y la promoción del desarrollo sostenible”. De esta manera, esta modalidad de viajes pasa a reconocerse como uno de los instrumentos que pueden contribuir a avanzar hacia los Objetivos del Milenio.
En concreto, la resolución de la ONU destaca que el ecoturismo tiene “efectos positivos en la generación de ingresos, la creación de empleos y la educación y, en consecuencia, en la lucha contra la pobreza y el hambre”. Además, añade que “crea importantes oportunidades de conservación, protección y uso sostenible de la diversidad biológica y de las zonas naturales, al alentar a las comunidades locales e indígenas de los países en que se encuentran y a los turistas a preservar y respetar el patrimonio natural y cultural”.
No hay que olvidar, sin embargo, que no siempre se han logrado estos impactos positivos. Conseguirlos requiere de la implicación de todas las personas e instituciones ligadas al turismo, desde los estados, pasando por las autoridades locales, las empresas y profesionales que desarrollan su trabajo en este sector y los propios visitantes. Todos tenemos en mente maravillosos enclaves naturales que han sido afectados negativamente por los desarrollos turísticos, así como ejemplos de zonas donde se ha demostrado que la planificación de forma responsable y sostenible da buenos resultados. Entre estos últimos, podemos citar los casos de Costa Rica, Kenia o Madagascar, que se han consolidado en los últimos años como destinos ecoturísticos.
La base del éxito de estos modelos es que sean definidos y gestionados desde, por y para la población local, atendiendo a las capacidades y necesidades concretas de cada destino. De hecho, la resolución insta a los estados a promover la inversión en ecoturismo con una base comunitaria. Algunas de las fórmulas planteadas serían la creación de pequeñas y medianas empresas, incentivar las cooperativas y facilitar el acceso a financiación, por ejemplo, mediante microcréditos para comunidades desfavorecidas, locales e indígenas.
Las personas, habitantes de las comunidades y viajeros, debemos de ser los primeros garantes de que el turismo ecológico sea realmente un vehículo de protección y conservación del medio natural, manteniendo en todo momento una actitud responsable, obrando en coherencia y denunciando posibles prácticas negativas para el entorno y el medio ambiente.
Es precisamente esta actitud activa y comprometida de los viajeros, basada en la sensibilización, el aprendizaje, el uso controlado, la conservación y la protección de los recursos y la búsqueda de impactos positivos para el entorno y la población local, lo que distingue al ecoturismo de otras formas de turismo ligado a la naturaleza. Debemos ser conscientes en todo momento y en todo lugar de nuestra responsabilidad y nuestro impacto sobre el medio y sobre las personas.
¿Te gustaría vivir este tipo de experiencia?**
**En Destino Solidario colaboramos con varios destinos que promueven la protección del medio natural, la conservación de la biodiversidad y la agricultura ecológica: Afrique Aventure Ecotourisme Actif, en Senegal ; Navdanya, en La India; Tusoco, en Bolivia, y Cooperativa Cocla, en Perú.
En este blog te invitamos a que tú te conviertas en ese factor de impulso que otras personas con inquietudes necesitan para dar ese primer paso y hacer realidad esa llamada solidaria, de compromiso. Puedes enviarnos tus textos y fotos a la dirección de email info@destinosolidario.org y nos pondremos en contacto contigo.
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