Mujeres y turismo: hacia el empoderamiento y la igualdad real de oportunidades

Escrito por: Olivia Fontanillo. Destino Solidario - 08•Mar• 13

El turismo se ha convertido, en las últimas décadas, en una vía de acceso femenino al mercado laboral y empoderamiento de la mujer en zonas desfavorecidas.

Empoderamiento de la mujer.

El acceso a un trabajo fuera del hogar permite a la mujer contribuir de forma directa al mantenimiento de su familia, reforzar su independencia y autoestima y su posición, social, económica y también política, en comunidades en las que tradicionalmente quedaba relegada a un papel subordinado a su padre o marido. En este sentido, es, por lo tanto, una herramienta que permite avanzar hacia la igualdad real de oportunidades entre todas las personas.

El turismo es uno de los sectores de actividad con mayor participación femenina.

Presencia de la mujer en el sector

Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), alrededor del 49% del total de empleos del sector turístico están hoy en día ocupados por mujeres, si bien las diferencias por países son significativas (con niveles que oscilan entre el 2% y el 80%).

El porcentaje de mujeres empresarias es casi el doble en el sector turístico que en la media de sectores económicos (el 36%, frente al 22%) y su poder de decisión a nivel institucional en este ámbito está evolucionando de forma positiva: aproximadamente uno de cada cinco ministerios de turismo del mundo está ocupado por una mujer, lo que no sucede en ninguno de los otros ámbitos de la administración gubernamental. Sin embargo, esto no debe hacernos perder de vista que, a nivel de asociaciones, instituciones y consejos en el sector privado, la presencia femenina en puestos de representación y decisión es sólo una cuarta parte que la masculina.

Presencia de la mujer en el sector turístico.

 

La OMT indica que los mejores resultados de los estudios sobre participación de la mujer en el turismo se dan en El Caribe (en torno al 60%), seguido por Latinoamérica, mientras que los peores se dan en los estados árabes de Asia y el Norte de África.

Hacia la no discriminación

Sin embargo, una vez más, es importante analizar la realidad que hay detrás de los datos, muchas veces condicionada por cuestiones culturales y sociales propias de las diferentes regiones. De hecho, cinco de los ocho Objetivos del Milenio están vinculados con la situación de la mujer y la búsqueda de la igualdad de género.

Organismos e instituciones especializadas, como la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (Cepal), advierten de varios factores a tener en cuenta:

  • Las mujeres suelen ocupar empleos de menor cualificación y posibilidades de promoción que los hombres.
  • La remuneración es inferior para las mujeres que para los hombres en el desempeño de puestos de igual categoría y funciones.
  • La incorporación de las mujeres al mercado laboral no ha venido acompañada, en muchos casos, de un reparto de las tareas en el hogar, lo que ha supuesto una sobrecarga y una pérdida de calidad de vida.
  • Las mujeres están sujetas a una mayor inestabilidad: dado que sus empleos son, en principio, de menor valor añadido, son los más fácilmente prescindibles en épocas de caída de la demanda.
  • Las mujeres son un sustento clave para la economía familiar.

    Además, en muchos casos los empleos femeninos no están reconocidos o se llevan a cabo dentro del sector informal, de manera que suponen una importante contribución a las economías familiares, pero, en muchos casos, no reconocida.

Gladys Acosta, Directora de ONU Mujeres para América Latina y el Caribe, señaló durante la presentación del informe que la contribución de las mujeres al sector turístico es, a menudo, invisible. “En el Caribe, por ejemplo, las mujeres aportan el 84% del trabajo familiar no remunerado en actividades turísticas”, afirmó.

Para trabajar en estos puntos y avanzar hacia el fin de cualquier tipo de discriminación y lograr la igualdad de oportunidades, la OMT y UN Women establecieron cinco líneas de actuación:

Empleo: incrementar la conciencia sobre la importancia del papel de la mujer en la industria turística. Reforzar la protección legal al empleo femenino, incluyendo la regulación del salario mínimo y legislación sobre igualdad retributiva. Mejorar las condiciones de los permisos por maternidad, flexibilidad de horario, opción de trabajo en casa y acuerdos para el cuidado de los hijos.
Emprendimiento: facilitar el emprendimiento de las mujeres en el turismo, asegurándoles el acceso al crédito, a la tierra y a la propiedad y dándoles entrenamiento y recursos adecuados para apoyar sus empresas.
Educación: promover la educación de la mujer en turismo, entrenamiento y mejora de la formación de las mujeres que ya trabajan en diferentes ámbitos del sector turístico, a través de programas estratégicos de acción.
Liderazgo: apoyar el liderazgo de las mujeres en turismo en todos los niveles: sector púbico, sector privado y gestión comunitaria, estableciendo programas de liderazgo a nivel nacional y en grandes y pequeñas empresas turísticas.
Comunidad: asegurarse de que la contribución de la mujer al desarrollo de la comunidad es reconocido y recompensado de forma adecuada, teniendo en cuenta el trabajo no pagado y analizando tanto el trabajo dentro del hogar como en la comunidad.

La creciente información y concienciación sobre estas realidades han motivado que, tanto en los proyectos diseñados y desarrollados directamente por las comunidades, como en aquellos que cuenta con respaldo de la cooperación internacional (promovida por agentes públicos o privados), la perspectiva de género se considere un factor clave en el diseño, funcionamiento y evaluación.

Cooperativas y redes facilitan el autoempleo.

Este enfoque se alinea con los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y del Código Ético Mundial para el Turismo. La OIT cuenta con su propio departamento especializado en cuestiones de género, el Bureau for Gender Equality, y muchos proyectos comunitarios tienen como objetivo prioritario y central la formación, promoción y empoderamiento de la mujer sobre la base de la actividad turística, lo que ha contribuido a mejorar su posición como emprendedoras, promotoras y propietarias de sus propios negocios.

Además, se anima a las mujeres a organizarse y crear redes, que les permitan lograr, a través del respaldo y la colaboración, mejorar su posición y posibilidades.

El turismo es sólo un instrumento. El objetivo prioritario y central debe de ser seguir avanzando en la independencia, autoestima y posición de las mujeres en sus comunidades. Sólo de esta manera se caminará hacia la igualdad real de todas las personas en todos los lugares del mundo.

 

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