«Anhelar menos y vivir más»: la lección del país de la ‘Teranga’ (hospitalidad)

Escrito por: Isabel y África Andrades, viajeras solidarias en Senegal con Afrique Aventure * - 28•Nov• 12

Llegamos al País Bassari tras un día de viaje en el que recorrimos Senegal de oeste a este, pasando por el Parque Nacional de Niokolo Koba. Una vez en Badian, siguiendo indicaciones, llegamos a una casita en la que nos recibió, vestido con las ropas africanas tradicionales, con un perfecto español y con los brazos abiertos, Abdoulaye, el hombre de la eterna y sincera sonrisa. “Bienvenidas a Senegal, esta es vuestra casa, África e Isabel”.

Al llegar al campamento donde nos íbamos a alojar, enseguida nos sentimos sitiadas por las risas, miradas y abrazos de decenas de niños que nos invitaron a seguirles hacia su aldea. Nos apresuraban tirándonos del brazo y riéndose con nuestro paso torpe entre las plantaciones. Una tras otra fuimos visitando cada una de las familias y cabañas del poblado, hasta que llegamos a una muy humilde. Allí, sentada sobre un rústico colchón relleno de semillas, una mujer joven amamantaba a su hijo recién nacido.

El bebé, con tan solo tres horas de vida y ya con los ojos muy bien abiertos, yacía satisfecho entre los brazos de su madre. Sin apenas darnos cuenta el recién nacido pasó de los brazos de mi hermana a los míos. Y es que para aquella comunidad Bassari, el hecho de que dos viajeras extranjeras llegaran el día del nacimiento de un nuevo integrante, era, sin duda alguna, un buen augurio para el bebé, quien gozaría de una vida próspera y saludable.

 

La llegada de un nuevo miembro es siempre un gran acontecimiento.

 

Todo en Badián, a unos 600 kilómetros de la capital de Senegal, Dakar, rezumaba armonía y paz. Despertábamos al amanecer por mediación del dueto formado por el canto del gallo y el bramido de los hipopótamos que habitan en el río Gambia. Los días transcurrían tranquilos e intensos, intentando conocer la cultura y forma de vida tradicionales de los bassari. Las mañanas, tras un espléndido desayuno con pan recién horneado, eran un trasiego incesante de personas que se acercaban al campamento con distintos propósitos. Unos a que les leyeran o ayudara a escribir alguna carta, otros a curiosear a los recién llegados y hacerles preguntas, a que les curaran alguna herida o, simplemente, a charlar.

Siguiendo estrictamente las instrucciones de Abdoulaye atendíamos a cada persona que quería saludarnos y conocer cómo se vive en Europa. La curiosidad es grande porque algunos de sus familiares emigraron y sentían que, al igual que ellos nos trataban con respeto, en Europa estarían haciendo lo mismo con sus hijos, esposos o hermanos. También pasábamos horas correteando con los niños o, simplemente, observando el día a día de esta comunidad. Fueron semanas intensas de emociones y actividades en los que llenamos nuestro diario de anécdotas imposibles, recorrimos el país y, lo más importante, fuimos felices.

Hace un par de años, tras sufrir una rápida enfermedad, Abdoulaye falleció. Su legado y espíritu permanecen vigentes en la tierra por la que tanto hizo y en el corazón de aquellos que tuvieron la fortuna de coincidir con él. A pesar de la ausencia, su amigo Demba, socio fundador de Afrique Aventure, continúa con la lucha de llevar prosperidad y educación a esta remota zona del oriente de Senegal, una de las más olvidadas del país, aunque una de las más bellas e interesantes. Entre los dos, y con el apoyo de los turistas solidarios y los habitantes de la zona, pudieron construir un pequeño dispensario, una escuela y un pozo de agua que han tenido un impacto positivo y regalado muchas sonrisas a la vida de los niños, jóvenes y adultos de el país Bassari.

A veces, cuando necesito saber que el mundo no es solo crisis y egocentrismo, recuerdo vívidamente las caras y las miradas ilusionadas de los trabajadores del campamento de Badian mientras recibían nuestras torpes clases de español bajo la luz de las linternas. La mañana en la que ayudamos  a un grupo de mujeres a recolectar cacahuetes también se ha quedado grabada en mi memoria, así como otras decenas de anécdotas acumuladas en el corazón.

 

Isabel con su familia senegalesa.

 

Muy frecuentemente resuenan en mi mente las voces de Abdoulaye y Demba, repitiéndome incesantemente que mientras en África se intenta matar el tiempo, el tiempo nos mata en Europa. No pueden tener más razón. Por eso, a pesar de que algunos dicen que no se debe regresar a los lugares en los que uno fue feliz, mi hermana y yo volvimos a Senegal, a reconfortarnos con la sonrisa de Abdoulaye, la amabilidad y paciencia de Demba y la alegría de todas aquellas personas que conviven en un hábitat a veces hostil y siempre mágico.

Una de las lecciones más importantes que aprendí en Senegal no es el tópico de que debemos estar agradecidos por todo aquello que tenemos, sino que, muy seguramente, todo aquello que tenemos y por lo que luchamos casi ciegamente no nos regalará la felicidad. Quizás, me digo constantemente, tenga mucho más sentido tener menos, anhelar menos y vivir más. Más vida: ese es el legado que el viaje solidario a Senegal con Afrique Aventure nos regaló a mi hermana y a mí.

Si me estás leyendo es porque, probablemente, estés pensando viajar a Senegal con Destino Solidario y Afrique Aventure. Seguro que estás ávido de información para saber si es una elección segura. Aparte de lo dicho, solo puedo desearte un buen viaje, y que tengas la suerte, como nosotros tuvimos, de aprender a ver con una mirada distinta, libre de prejuicios y juicios. Si lo consigues, si aprendes a comprender, ver y escuchar los sonidos, colores y olores de esta tierra amable, ya habrá merecido la pena.

Y, como dijo Clarissa Pinkolas en su libro Mujeres que corren con lobos: “Confío en que salgas y dejes que te ocurran cuentos, es decir, vida, y que trabajes con estos cuentos de tu vida —la tuya, no la de otra persona—, que los riegues con tu sangre y tus lágrimas y tu risa hasta que florezcan… Ésta es la tarea. La única tarea”.

¡Buen viaje!

 

Abdoulaye siempre quiso contribuir a la mejora de las condiciones de vida de las familias de senegal.

 

En memoria a nuestro amigo Abdoulaye, el hombre amable que nos enseñó a muchos a amar Senegal, a ver África con una mirada distinta y a creer en la vida posible. ¡Gracias!

 

* Isabel y África fueron voluntarias con Afrique Aventure en agosto de 2004 y en diciembre de 2006. Afrique Aventure colabora con varias comunidades de las zonas más desfavorecidas de Senegal. La organización trabaja sobre tres pilares fundamentales: desarrollo; sensibilización y aprendizaje mutuo, y conservación del entorno natural y cultural. Si quieres saber más sobre Afrique Aventure, su trabajo y cómo ser viajero solidario o colaborar con la organización, puedes hacerlo en

 http://www.destinosolidario.org/senegal.asp

 

En este blog te invitamos a que tú te conviertas en ese factor de impulso que otras personas con inquietudes necesitan para dar ese primer paso y hacer realidad esa llamada solidaria, de compromiso. Puedes enviarnos tus textos y fotos a la dirección de email info@destinosolidario.org y nos pondremos en contacto contigo.

¡¡¡Te esperamos!!!

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